miércoles, diciembre 27, 2006
Hola 2007
¿Por qué sería el 2007 mejor que el 2006? Deseamos un mejor año, lo soñamos con nuestros mejores deseos, que mágicamente desaparezcan los eventos adversos, que felizmente acontezcan nuestros milagros perseguidos.
Pero en algún punto, en cierto lugar, bajo un oscuro recoveco sabemos que el 2007, lo mismo que lo hizo el 2006 y el antiguo 2005, trae una tristeza, una cagada, un yerro, un algo de qué arrepentirnos, otra cosa mala que desear que no pase para el 2008.
Así somos, cíclicos, soñadores, negadores, complejos.
Allí viene el 2007 y sus cosas se trae. Prepárense.
Pero en algún punto, en cierto lugar, bajo un oscuro recoveco sabemos que el 2007, lo mismo que lo hizo el 2006 y el antiguo 2005, trae una tristeza, una cagada, un yerro, un algo de qué arrepentirnos, otra cosa mala que desear que no pase para el 2008.
Así somos, cíclicos, soñadores, negadores, complejos.
Allí viene el 2007 y sus cosas se trae. Prepárense.
martes, diciembre 26, 2006
Chau 2006
¿Será cierto? ¿Que solo pensamos en agasajos y despedidas, en comer y beber como si fuéramos ricos y sin ningún cuidado por nuestra salud? ¿Será cierto? ¿Que ya no importa nada, que lo hecho hecho está y del resto nos ocuparemos el año entrante? ¿Será cierto? ¿Que ya no quedan ganas de nada? ¿Será cierto? ¿Que insumimos el tiempo proyectando nuestras vacaciones? ¿Será cierto? Por lo pronto el 2006 se va para nunca más volver.
¿2007? Ya veremos.
¿2007? Ya veremos.
sábado, diciembre 23, 2006
¡Felices momentos para hoy y siempre!
Aunque también la Navidad haya caído presa y víctima de los devoradores efectos comerciales, aunque no todos sigamos los mandatos cristianosde una Iglesia que pierde terreno a diario, nada nos priva de vivir la Navidad y Año Nuevo como un verdadero momento de amor, sinceridad y armonía. Aunque en la ruleta de la vida hoy nos toque una tristeza, una distancia, una desazón,aunque los infortunios y desventuras nos empujenal abismo, al vacío, a la nada,podemos tomar esta semana para nosotros,para sentir que podemos, para desear un objetivo,para reencontrarnos con quienes queremos,para sentir a nuestro lado a los que se han ido,para pensar en nuestros desaciertosy para reconocer nuestras virtudes,para olvidar o para recordar,para hacer lo que queramos, para ser lo que somos.
Y no es necesario que sea Navidad y Año Nuevo para que tengamos una semana así, todo el año puede ser Navidad.
¡Felices momentos para hoy y siempre!
Y no es necesario que sea Navidad y Año Nuevo para que tengamos una semana así, todo el año puede ser Navidad.
¡Felices momentos para hoy y siempre!
miércoles, diciembre 20, 2006
Recepcionistas
-Hey, ¿esos caramelos son nuevos?
-Fuera de mis caramelos.
(Amo mis caramelos).
Unas te sonríen cuando dicen buenos días. Ves sus dientes blancos detrás del rojo carmín que brillan en los labios. Cuanto más edad tienen más rojo es el carmín. Otras ni te ven, quizás esbocen un buenos días, pero no te ven. Están en su mundo, se peinan o se pintan o ambas cosas a la vez usando como espejo el monitor, o la puerta vidriada o un diminuto espejo que llevan en sus carteras. Hay veces que están de mal humor, de muy mal humor. Y a los primeros en llegar no se lo demuestran y sonríen con su risa carmín y blanca. Pero en un momento se quiebran y al que llega le vomitan todas sus penurias. Uno llega y se recibe de todo eso. Ser recepcionista no es tarea sencilla.
Les llueven pedidos de todo tipo y toda la empresa. Los casos típicos son los pedidos del paradero de algún compañero o de algún jefe. Los que llamemos en buen momento recibiremos un "No sé mi amor donde está, no lo he visto". La respuesta a obtener en momento inapropiado (desde el punto de vista de la recepcionista) no es autorizada para difundir por este medio. Otras cuestiones que les mueven la aguja del humor es la llegada en continuado de proveedores o visitantes. Se le acumulan gentes en la recepción, que por lo general son lugares pequeños como lata de sardinas, y cuando todos las gentes se acumulan allí se transforman en sardinas y ahí es cuando, por ejemplo, nace un momento para no llamar a la recepción a preguntar por nada.
Las recepcionistas son como todos nosotros, digo, alegres, malhumoradas, jóvenes, mayores, bonitas, feas, flacas, gordas, y demás. Pero al estar en el primer lugar que uno ve al ingresar son carne de carroña para los más diversos comentarios. También es cierto que todos las necesitamos, les pedimos favores, que nos pidan un remis, que nos reserven un vuelo, que nos pidan facturas, que nos avisen cuando llega el jefe, que nos avisen cuando llegue el jefe del jefe. A su vez, ellas tienen su propia actividad de avisos, de avisos de reuniones, de aviso de cumpleaños, de aviso de aniversarios, de búsqueda de ausentes a reuniones, de comunicadoras de feriados, de días no laborables, de que no hay agua, de lo que sea.
Repartir la correspondencia es para ellas un recreo, un alto, un cambio. Sin llamadas en idiomas de otras latitudes, sin faxes que se traspapelean, sin nada. Bueno, sin nada no, porque cuando van haciendo el reparto les caemos al cruce con otras preguntas, en verdad las mismas que les haríamos por teléfono pero que al no responder (salieron a repartir la correspondencia) las hacemos en vivo. De todos modos es diferente. Pueden realizar su dosis de chusmerio en vivo y en directo, viendo con quien hablan. Si la recepcionista es de la categoría alegre, bonitas, atractivas, bueno una de esas, también es un recreo para nosotros. Para nuestras compañeras es el momento de la envidia.
Las recepcionistas son un mundo aparte. Allí parecen estar a veces. En verdad, siempre nos están ayudando, aunque en algunas oportunidades envíen al cadete a otra dirección y nuestra trámite quede perdido en la nada o en el escritorio de ellas, que por lo que puede uno encontrar allí es la nada misma o el todo de todo. Porque son de gran colaboración se les instauró un día. Tranquilo, no es hoy, no debés ir corriendo a pedir flores para agasajarla. Eso creo que es los 4 de septiembre, la actividad comercial da también para esto. Aún así, podés regalarle algo hoy también, quizás una sonrisa y un buenos días alcancen.
martes, diciembre 19, 2006
El rugido del león
La plaza está llena de turistas, de todos los orígenes y latitudes. Fotos, filmaciones, souvenires de una casa rosada que aparece en casi todos los folletos y videos que promocionan a la Argentina. Una casa de gobierno que despierta un espcial interés por estos. Hoy estará llena de otras fotos y otras filmaciones. También estará llena de otras personas, también de amplio espectro. Son los periodistas. Y hablarán y dirán que hace cinco años, que el clamor del pueblo, que el helicóptero, que la hecatombe, que las muertes, que el corralito, que las cacerolas. Hablarán y dirán. Algunos con conocimiento, otros con un escrito, otros con algún mandato, otros con improvisación, otros con opinión, quizás más sin ella, pocos con recuerdos ciertos y verídicos, más con fantasías y ampulismo.
Y habrá marchas, de protesta, de quejas, de memoria, de repudio, de bronca. Llevarse en cuerpo y en alma a manifestarse, a poner en evidencia que la justicia es una utopía lejana que se esconde y se escapa en la corrupción, o en el olvido, o en la desmemoria, o en la desinformación, o en los negociados. Como sea que fuere la justicia no está. Tampoco estará ese masa popular arrojada a las calles que formó un león gigante y rugiente que derivó en un colapso social y económico, artero y digitado. Pero las cuando se enfurecen ya no reconocen que las despertó, que las enardeció. La razón se aparta y aflora la desesperación, la locura, el desenfreno. Nada sería peor que la vida que peléamos hace cinco diciembres.
Pero sí lo fue. Vandalismo, saqueos, muertes, liberado, empujados, impunes. Más digitalización, de presidentes, de motivos, de excusas, de divisas, de factores de conversión, de normas y re-normas, de asimetrías que compensaban, de planes jefes de hogar, de apertura del grifo del corralito-corralón. La masa gigante de mezcla de clases, unánime, que rugió como si fuera pueblo se escinde y vuelve a fomarse y conformarse con sus nuevos estratos, como vuelve el río revuelto y en creciente a encontrar un nuevo cauce.
Pasaron cinco veranos, el olvido se encargará de trastocar, mistificar, leyendar, mentir, desmentir. El olvido se encarga de todo. ¿Y la memoria? Eso deberíamos ejercitar.
Y habrá marchas, de protesta, de quejas, de memoria, de repudio, de bronca. Llevarse en cuerpo y en alma a manifestarse, a poner en evidencia que la justicia es una utopía lejana que se esconde y se escapa en la corrupción, o en el olvido, o en la desmemoria, o en la desinformación, o en los negociados. Como sea que fuere la justicia no está. Tampoco estará ese masa popular arrojada a las calles que formó un león gigante y rugiente que derivó en un colapso social y económico, artero y digitado. Pero las cuando se enfurecen ya no reconocen que las despertó, que las enardeció. La razón se aparta y aflora la desesperación, la locura, el desenfreno. Nada sería peor que la vida que peléamos hace cinco diciembres.
Pero sí lo fue. Vandalismo, saqueos, muertes, liberado, empujados, impunes. Más digitalización, de presidentes, de motivos, de excusas, de divisas, de factores de conversión, de normas y re-normas, de asimetrías que compensaban, de planes jefes de hogar, de apertura del grifo del corralito-corralón. La masa gigante de mezcla de clases, unánime, que rugió como si fuera pueblo se escinde y vuelve a fomarse y conformarse con sus nuevos estratos, como vuelve el río revuelto y en creciente a encontrar un nuevo cauce.
Pasaron cinco veranos, el olvido se encargará de trastocar, mistificar, leyendar, mentir, desmentir. El olvido se encarga de todo. ¿Y la memoria? Eso deberíamos ejercitar.
sábado, diciembre 16, 2006
Control de Inercia
Este texto ha sido enviado por Gabriel Spinazzola, crítico y lector de este blog. Tú también puedes participar, tan solo debes querer hacerlo.
Eso que se ve dentro del círculo negro, es el botoncito que debía haber presionado para que mi auto hubiera vuelto a arrancar. Un pozo, uno de esos que andan sueltos por las calles de Buenos Aires y que funcionan como verdaderas trampas mortales, hizo que el control de inercia de mi vehículo se activara. Básicamente, soy contador no mecánico de automotores, el control de inercia inactiva el paso de nafta hacia el motor ante un choce y simbronazo del motor. De este modo se evita un posible mal mayor. El tema es que no conocía yo ese botoncito y llamamos a la grúa para que nos remolcara hasta casa.
Hace algún tiempo que quiero decir lo que pienso pero sin lastimar a nadie. Hace más tiempo que digo lo que pienso y el mismo tiempo que alguien se siente lastimado. Muchos me dicen que son mis formas, que mis tonos, que mis palabras, que mis expresiones. Me lo llegué a creer. Y casi salgo a buscar un control de inercia para mí, para que evitara el fluir de mis ideas, como el de mi auto frena el fluir de la nafta para abolir un mal. Por suerte no encontré, porque si lo hubiera hecho y ante la posibilidad de emitir mi opinión se viera cortada por un control de inercia, mi remolque sería un coche fúnebre. De todos modos, intentaré cuidar las formas, pero no mucho.
Gabriel Spinazzola
gabriel_spinazzola@hotmail.com
Eso que se ve dentro del círculo negro, es el botoncito que debía haber presionado para que mi auto hubiera vuelto a arrancar. Un pozo, uno de esos que andan sueltos por las calles de Buenos Aires y que funcionan como verdaderas trampas mortales, hizo que el control de inercia de mi vehículo se activara. Básicamente, soy contador no mecánico de automotores, el control de inercia inactiva el paso de nafta hacia el motor ante un choce y simbronazo del motor. De este modo se evita un posible mal mayor. El tema es que no conocía yo ese botoncito y llamamos a la grúa para que nos remolcara hasta casa.
Hace algún tiempo que quiero decir lo que pienso pero sin lastimar a nadie. Hace más tiempo que digo lo que pienso y el mismo tiempo que alguien se siente lastimado. Muchos me dicen que son mis formas, que mis tonos, que mis palabras, que mis expresiones. Me lo llegué a creer. Y casi salgo a buscar un control de inercia para mí, para que evitara el fluir de mis ideas, como el de mi auto frena el fluir de la nafta para abolir un mal. Por suerte no encontré, porque si lo hubiera hecho y ante la posibilidad de emitir mi opinión se viera cortada por un control de inercia, mi remolque sería un coche fúnebre. De todos modos, intentaré cuidar las formas, pero no mucho.
Gabriel Spinazzola
gabriel_spinazzola@hotmail.com
lunes, diciembre 04, 2006
Mi touch de gloria
Comencé este blog para darme un lugar, un espacio, una oportunidad de reirme de mí mismo. Llorar mis penas. Reflexionar y ofrecer mis ideas. Preguntar y preguntarme, retórica, pero también, directamente.
Pero luego quise saber la repercusión. Para eso está la posibilidad de dejar mensajes, puse un link a mi dirección de correo, e inclusive cree un grupo en google para enviar a más gentes las notas, artículos o las cosas que iba escribiendo. Hasta puse un contador de visitas.
La medición de resultados es relativa, lo mismo que el alcance virtual de este blog.
De momento, me río de mí mismo. No tuve, ni tengo, ni tendré 230 mil visitas. Apenas si superé las mil.
Pero luego quise saber la repercusión. Para eso está la posibilidad de dejar mensajes, puse un link a mi dirección de correo, e inclusive cree un grupo en google para enviar a más gentes las notas, artículos o las cosas que iba escribiendo. Hasta puse un contador de visitas.
La medición de resultados es relativa, lo mismo que el alcance virtual de este blog.
De momento, me río de mí mismo. No tuve, ni tengo, ni tendré 230 mil visitas. Apenas si superé las mil.