sábado, diciembre 16, 2006

Control de Inercia

Este texto ha sido enviado por Gabriel Spinazzola, crítico y lector de este blog. Tú también puedes participar, tan solo debes querer hacerlo.


Eso que se ve dentro del círculo negro, es el botoncito que debía haber presionado para que mi auto hubiera vuelto a arrancar. Un pozo, uno de esos que andan sueltos por las calles de Buenos Aires y que funcionan como verdaderas trampas mortales, hizo que el control de inercia de mi vehículo se activara. Básicamente, soy contador no mecánico de automotores, el control de inercia inactiva el paso de nafta hacia el motor ante un choce y simbronazo del motor. De este modo se evita un posible mal mayor. El tema es que no conocía yo ese botoncito y llamamos a la grúa para que nos remolcara hasta casa.

Hace algún tiempo que quiero decir lo que pienso pero sin lastimar a nadie. Hace más tiempo que digo lo que pienso y el mismo tiempo que alguien se siente lastimado. Muchos me dicen que son mis formas, que mis tonos, que mis palabras, que mis expresiones. Me lo llegué a creer. Y casi salgo a buscar un control de inercia para mí, para que evitara el fluir de mis ideas, como el de mi auto frena el fluir de la nafta para abolir un mal. Por suerte no encontré, porque si lo hubiera hecho y ante la posibilidad de emitir mi opinión se viera cortada por un control de inercia, mi remolque sería un coche fúnebre. De todos modos, intentaré cuidar las formas, pero no mucho.

Gabriel Spinazzola
gabriel_spinazzola@hotmail.com

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