martes, diciembre 19, 2006

El rugido del león

La plaza está llena de turistas, de todos los orígenes y latitudes. Fotos, filmaciones, souvenires de una casa rosada que aparece en casi todos los folletos y videos que promocionan a la Argentina. Una casa de gobierno que despierta un espcial interés por estos. Hoy estará llena de otras fotos y otras filmaciones. También estará llena de otras personas, también de amplio espectro. Son los periodistas. Y hablarán y dirán que hace cinco años, que el clamor del pueblo, que el helicóptero, que la hecatombe, que las muertes, que el corralito, que las cacerolas. Hablarán y dirán. Algunos con conocimiento, otros con un escrito, otros con algún mandato, otros con improvisación, otros con opinión, quizás más sin ella, pocos con recuerdos ciertos y verídicos, más con fantasías y ampulismo.

Y habrá marchas, de protesta, de quejas, de memoria, de repudio, de bronca. Llevarse en cuerpo y en alma a manifestarse, a poner en evidencia que la justicia es una utopía lejana que se esconde y se escapa en la corrupción, o en el olvido, o en la desmemoria, o en la desinformación, o en los negociados. Como sea que fuere la justicia no está. Tampoco estará ese masa popular arrojada a las calles que formó un león gigante y rugiente que derivó en un colapso social y económico, artero y digitado. Pero las cuando se enfurecen ya no reconocen que las despertó, que las enardeció. La razón se aparta y aflora la desesperación, la locura, el desenfreno. Nada sería peor que la vida que peléamos hace cinco diciembres.

Pero sí lo fue. Vandalismo, saqueos, muertes, liberado, empujados, impunes. Más digitalización, de presidentes, de motivos, de excusas, de divisas, de factores de conversión, de normas y re-normas, de asimetrías que compensaban, de planes jefes de hogar, de apertura del grifo del corralito-corralón. La masa gigante de mezcla de clases, unánime, que rugió como si fuera pueblo se escinde y vuelve a fomarse y conformarse con sus nuevos estratos, como vuelve el río revuelto y en creciente a encontrar un nuevo cauce.

Pasaron cinco veranos, el olvido se encargará de trastocar, mistificar, leyendar, mentir, desmentir. El olvido se encarga de todo. ¿Y la memoria? Eso deberíamos ejercitar.

Comments: Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?