viernes, noviembre 09, 2007
Bromas, ironías, mentiras y BOTNIA
Alguna vez (más de una vez) alguien me criticó que cuando yo digo algo es difícil saber si el significado literal de las palabras es en serio o es en chiste. Sobre el supuesto que todo chiste tiene un dejo o un origen (podría ser remoto) de seriedad, pues algunos alguienes tendrían su respuesta. Cierto también es que muchos dichos llevan el bicho de la ironía rociando mis palabras de un fluir lleno de mordacidad.
Quizá me obliguen a reflexionar sobre mis chistes irónicos que nadie toma en serio, más creo porque el que oye prefiere escudarse en la ironía o en la burla, para no enfrentarse con algo que no le cae en gracia. "Ya lo conocemos", dicen varios y se esconden de lo que debieran enfrentar. Tampoco, mis ironías y chistes son tan asiduos (últimamente). Y cuánto más serio digo las cosas, más en broma se lo toman. Es que "ya me conocen", se escuchan los ecos en los escudos que repelen la verdad.
Por ahora (yo también me tengo que esconder/escudar) quiero referirme a otras personas. Quiero escribir sobre esas gentes que hablan con el tono formal-social-jerárquico correcto, pero cuyas palabras literales no hacen sentido y retumban en nuestras cabezas como las fuertes de mis ironías o como los malos (todos) de una de mis bromas. Esas personas sonríen sin razón cuando comienzan una frase con "vos ya me conocés" o " te voy a ser totalmente sincero". ¿Se puede ser parcialmente sincero para tener la necesidad de ser "totalmente" sincero en otras oportunidades? Muchos creen que eso es como el embarazo, no se está un poquito embarazada. La gente empieza su respuesta con "para serte franco", te lanza una barbaridad mentida, pero con el tono propio de la situación social/profesional que se presenta. Y en las frases que envuelven en sus mentiras, se despilfarran las más mentirosas de las frases oficinísticas empleadas por estos días. Como si fueran posibles dos realidades de una misma versión. No hablamos de dos ópticas o formas de ver las cosas. O quizá sí, pero yo también "ya conozco" a estos que no hacen bromas ni hacen uso de la ironía.
Un claro ejemplo de lo que quiero graficar, se da en www.botnia.com/es y en http://www.botnia.com.ar/.
En la primera verán las palabras más políticamente correctas que se le puedan ocurrir a un Gerente de Comunicación de una empresa de Primer Mundo que quiere usar a Latinoamérica como el cuarto del fondo para guardar cachivaches (trasteo) y lavar la ropa sucia. La otra, es la versión irónica, la forma Gabriel, que "ya conocen".
Quizá me obliguen a reflexionar sobre mis chistes irónicos que nadie toma en serio, más creo porque el que oye prefiere escudarse en la ironía o en la burla, para no enfrentarse con algo que no le cae en gracia. "Ya lo conocemos", dicen varios y se esconden de lo que debieran enfrentar. Tampoco, mis ironías y chistes son tan asiduos (últimamente). Y cuánto más serio digo las cosas, más en broma se lo toman. Es que "ya me conocen", se escuchan los ecos en los escudos que repelen la verdad.
Por ahora (yo también me tengo que esconder/escudar) quiero referirme a otras personas. Quiero escribir sobre esas gentes que hablan con el tono formal-social-jerárquico correcto, pero cuyas palabras literales no hacen sentido y retumban en nuestras cabezas como las fuertes de mis ironías o como los malos (todos) de una de mis bromas. Esas personas sonríen sin razón cuando comienzan una frase con "vos ya me conocés" o " te voy a ser totalmente sincero". ¿Se puede ser parcialmente sincero para tener la necesidad de ser "totalmente" sincero en otras oportunidades? Muchos creen que eso es como el embarazo, no se está un poquito embarazada. La gente empieza su respuesta con "para serte franco", te lanza una barbaridad mentida, pero con el tono propio de la situación social/profesional que se presenta. Y en las frases que envuelven en sus mentiras, se despilfarran las más mentirosas de las frases oficinísticas empleadas por estos días. Como si fueran posibles dos realidades de una misma versión. No hablamos de dos ópticas o formas de ver las cosas. O quizá sí, pero yo también "ya conozco" a estos que no hacen bromas ni hacen uso de la ironía.
Un claro ejemplo de lo que quiero graficar, se da en www.botnia.com/es y en http://www.botnia.com.ar/.
En la primera verán las palabras más políticamente correctas que se le puedan ocurrir a un Gerente de Comunicación de una empresa de Primer Mundo que quiere usar a Latinoamérica como el cuarto del fondo para guardar cachivaches (trasteo) y lavar la ropa sucia. La otra, es la versión irónica, la forma Gabriel, que "ya conocen".