domingo, septiembre 16, 2007
The Finance Theatre Group

Lo que ocurre detrás de los telones del teatro no es de importancia para los espectadores. Obviamente, muchas cuestiones del detrás de escena se vislumbran en la presentación de la obra, como podría ser un cambio de vestuario, un maquillaje, una riña en un mal diálogo de los actores, entre otras cosas. Pero finalmente, el objetivo es la presentación de la obra en sí. Para el director de la obra eso es lo que importa el día de la presentación de la pieza. Luego, en los ensayos y telón adentro imaginamos que el director trabaja con el grupo y con cada individuo para que nuevos y viejos espectadores disfruten de la obra.
De tanto en tanto, aparecen buenos actores a los ojos del director, pero no a los ojos de la audiencia, o de la crítica. Otros, a la inversa, logran premios por parte de la prensa y lauriosos aplausos del público, pero telón adentro, el director se pregunta cómo puede ser. También, pasa (de otro tanto en tanto) que los directores de las obras, justamente, sobran y son los actores con su buena interpretación los que hacen que el público se deleite, aplauda y goce. Inclusive, no faltarán en el futuro nuevos directores que sean premiados por lo realizado por sus buenos actores. En definitiva, conservan los actores dentro de su elenco, quizá resida allí su merecimiento.
En más de una ocasión, los elencos de diferentes piezas teatrales han cruzado declaraciones con los elencos de otras piezas. La prensa prepara el caldo para hechar ambos grupos al fuego, y esto no sorprende a nadie. En la cocción, se revuelve el río. Pescadores atentos, cañas listas, y comienza el festival de salidas y trueques de actores. Se daña, sin duda, la calidad de la actuación. Las energías perdidas y mal invertidas en esta actividad, es la que se deja de ofrecer en el tras de escena, en el ensayo, en la preparación del menú, del plato fuerte: la obra.
No faltan actores ni directores que salen al ruedo, al público y dejan saber las riñas, peleas, viscicitudes internas. Siempre habrá público para escuchar el ruido interno, parte del periodismo también necesita de ellos. Pero, a los que verdaderamente les gusta el teatro, a los actores y directores compremetidos en hacer una obra excelente, al público deseoso de disfrutarla, a la prensa realmente especializada, no les importa la suerte que se corra tras el telón. La obra en sí, es lo que vale la pena.
Los reportes de los departamentos de Finanzas de las empresas no son muy diferentes a las obras de teatro. El staff de un departamento de Finanzas de cualquier empresa puede asemejarse en mucho a un elenco teatral. Los otros departamentos de las mismas empresas son emulaciones simples de las compañías de teatro. Los reportes de Finanzas son como la obra de teatro, muestran lo que hay que mostrar. Pero no hablan, si hablaran, contarían lo que pasa puertas adentro. Y eso, salvo a pocos, no le interesa ni a los accionistas, ni a los organismos de contralor.
De tanto en tanto, aparecen buenos actores a los ojos del director, pero no a los ojos de la audiencia, o de la crítica. Otros, a la inversa, logran premios por parte de la prensa y lauriosos aplausos del público, pero telón adentro, el director se pregunta cómo puede ser. También, pasa (de otro tanto en tanto) que los directores de las obras, justamente, sobran y son los actores con su buena interpretación los que hacen que el público se deleite, aplauda y goce. Inclusive, no faltarán en el futuro nuevos directores que sean premiados por lo realizado por sus buenos actores. En definitiva, conservan los actores dentro de su elenco, quizá resida allí su merecimiento.
En más de una ocasión, los elencos de diferentes piezas teatrales han cruzado declaraciones con los elencos de otras piezas. La prensa prepara el caldo para hechar ambos grupos al fuego, y esto no sorprende a nadie. En la cocción, se revuelve el río. Pescadores atentos, cañas listas, y comienza el festival de salidas y trueques de actores. Se daña, sin duda, la calidad de la actuación. Las energías perdidas y mal invertidas en esta actividad, es la que se deja de ofrecer en el tras de escena, en el ensayo, en la preparación del menú, del plato fuerte: la obra.
No faltan actores ni directores que salen al ruedo, al público y dejan saber las riñas, peleas, viscicitudes internas. Siempre habrá público para escuchar el ruido interno, parte del periodismo también necesita de ellos. Pero, a los que verdaderamente les gusta el teatro, a los actores y directores compremetidos en hacer una obra excelente, al público deseoso de disfrutarla, a la prensa realmente especializada, no les importa la suerte que se corra tras el telón. La obra en sí, es lo que vale la pena.
Los reportes de los departamentos de Finanzas de las empresas no son muy diferentes a las obras de teatro. El staff de un departamento de Finanzas de cualquier empresa puede asemejarse en mucho a un elenco teatral. Los otros departamentos de las mismas empresas son emulaciones simples de las compañías de teatro. Los reportes de Finanzas son como la obra de teatro, muestran lo que hay que mostrar. Pero no hablan, si hablaran, contarían lo que pasa puertas adentro. Y eso, salvo a pocos, no le interesa ni a los accionistas, ni a los organismos de contralor.
Comments:
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Con ese blog!! se ha ganado mi aplauso!
Muy bueno, te lo imaginas todo, muy buena semejanza no podria ser mejor!
Muy bueno, te lo imaginas todo, muy buena semejanza no podria ser mejor!
Dolorosamente cierto....auque por otro lado lo que pasa en los bajos mundo de las área de finanzas se asemeja mas un circo que a un teatro.
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