jueves, julio 12, 2007
Estilos
-¡Felicitaciones! Lo promovimos a Gerencia. Aquí está su látigo.
Cada tanto pasa. Milagros que le dicen en las faunas laborales. Se genera una posición y se cubre con alguien de abajo, de la base. El triángulo deja un hueco abajo y alguno llega al medio, a ser gerente. No pasa a menudo. Siempre traen uno de afuera, bueno por suerte no siempre, y ahí aconctece el milagro.
Y con ello se presenta otro tema, superada la magia del milagro uno deja de ser compañero para ser jefe, coordinador, gerente o el nombre que se le quiera dar (o que le den en tu empresa). Y toca definir(se) un estilo.
En las antípodas de las formas, está esta del ejemplo (¿jocoso?) del látigo. El ser férreo atacante de la paz del empleado, llenarlo de presiones y contra presiones. El pedirle y ya estarle encima de porqué no hizo lo que le fuera pedido, aun cuando le pediéramos pasar un elefante por un ojal. Premios que no llegan y castigos que están a la orden del día. Y es una pena, es el momento de cambiar lo que no nos gustaba, mejorar lo que parecía imposible, ser, diferente, ni mejor ni peor, tan solo diferente dejando nuestra impronta, nuestra estela en el mar.
A mí me gusta eso otro, navegar el océano de lo incierto y que mi navega deje una estela, que se pueda seguir, que se pueda copiar, o al menos que se pueda ver (queda en cada quien qué hacer con lo que ve). Romper el látigo y mandar con el ejemplo, con mi hacer, con mis errores y mis aciertos. Alguien dijo (o escribió) que un líder lidera con el ejemplo, quiera o no quiera hacerlo (*). Y ahí está la cuestión, por lo menos parte de ella.
Con un látigo se emula que uno lo sabe todo, y quizás sea preferible hacer más preguntas. Los castigos infunden miedo, el buen líder genera confianza. La fuerza bruta puede hacer que el trabajo sea odioso, sin dudas quien surca el mar con su velero es capaz de lograr que el trabajo sea interesante (**).
Los milagros ocurren. Uno puede llegar. Los milagros ocurren, siempre se puede cambiar, claro que para bien (y cuidado que también para mal).
Cada tanto pasa. Milagros que le dicen en las faunas laborales. Se genera una posición y se cubre con alguien de abajo, de la base. El triángulo deja un hueco abajo y alguno llega al medio, a ser gerente. No pasa a menudo. Siempre traen uno de afuera, bueno por suerte no siempre, y ahí aconctece el milagro.
Y con ello se presenta otro tema, superada la magia del milagro uno deja de ser compañero para ser jefe, coordinador, gerente o el nombre que se le quiera dar (o que le den en tu empresa). Y toca definir(se) un estilo.
En las antípodas de las formas, está esta del ejemplo (¿jocoso?) del látigo. El ser férreo atacante de la paz del empleado, llenarlo de presiones y contra presiones. El pedirle y ya estarle encima de porqué no hizo lo que le fuera pedido, aun cuando le pediéramos pasar un elefante por un ojal. Premios que no llegan y castigos que están a la orden del día. Y es una pena, es el momento de cambiar lo que no nos gustaba, mejorar lo que parecía imposible, ser, diferente, ni mejor ni peor, tan solo diferente dejando nuestra impronta, nuestra estela en el mar.
A mí me gusta eso otro, navegar el océano de lo incierto y que mi navega deje una estela, que se pueda seguir, que se pueda copiar, o al menos que se pueda ver (queda en cada quien qué hacer con lo que ve). Romper el látigo y mandar con el ejemplo, con mi hacer, con mis errores y mis aciertos. Alguien dijo (o escribió) que un líder lidera con el ejemplo, quiera o no quiera hacerlo (*). Y ahí está la cuestión, por lo menos parte de ella.
Con un látigo se emula que uno lo sabe todo, y quizás sea preferible hacer más preguntas. Los castigos infunden miedo, el buen líder genera confianza. La fuerza bruta puede hacer que el trabajo sea odioso, sin dudas quien surca el mar con su velero es capaz de lograr que el trabajo sea interesante (**).
Los milagros ocurren. Uno puede llegar. Los milagros ocurren, siempre se puede cambiar, claro que para bien (y cuidado que también para mal).
(*) Del inglés A leader leads by example, whether he intends to or not.
(**) Adaptación de A boss creates fear, a leader confidence. A boss fixes blame, a leader corrects mistakes. A boss knows all, a leader asks questions. A boss makes work drudgery, a leader makes it interesting. Russell Ewing.
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No sé si merezco un felicitado. Decir que no lo merezco sería desacreditar tu opinión. Lejos de hacer eso, lo que haré será agradecerla: ¡Gracias!
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