domingo, julio 15, 2007
Antónimos
Así es la vida, así es el fútbol. Nunca sirve ganar antes de tiempo. Si se dice siempre que los partidos hay que jugarlos. En tal caso, los jugadores fueron los únicos que ponían paños fríos antes de la final. Todos hablaban de un Brasil devaluado, y el real anda firme por allá. Argentina no tuvo propuesta, no tuvo iniciativa, no tuvo fuerzas. Por su lado Brasil hizo lo que había que hacer. Marcar, tocar, ir a buscar, ganar, festejar. Como dice su bandera, orden y progreso.
Habrá tres mil excusas y millones de atenuantes, la misma cuota de ataque que se tomó vacaciones. Se apagaron como cigarrillo en cenicero los Messi, los Riquelme, los Tevez, contra toda la defensa de habla portuguesa. Las estrellas argentinas se han estrellado. Muchos dirán que no se estaba tan arriba como se creía y que ellos no estaban tan abajo como se decía. Dicen que con el resultado puesto es fácil opinar. Antes de jugar también es fácil, quizás más fácil aún. Toca aprender la lección, alegría y tristeza son antónimos.
Habrá tres mil excusas y millones de atenuantes, la misma cuota de ataque que se tomó vacaciones. Se apagaron como cigarrillo en cenicero los Messi, los Riquelme, los Tevez, contra toda la defensa de habla portuguesa. Las estrellas argentinas se han estrellado. Muchos dirán que no se estaba tan arriba como se creía y que ellos no estaban tan abajo como se decía. Dicen que con el resultado puesto es fácil opinar. Antes de jugar también es fácil, quizás más fácil aún. Toca aprender la lección, alegría y tristeza son antónimos.