viernes, marzo 30, 2007
Maldita Semana
El cielo queda partido en dos, el haz de luz ilumina lo negro del día y se zambulle en el río revuelto. No hubo descanso esta semana, la lluvia ha sido contínua y el río ha estado de vaivenes como los tuyos en la oficina. Cae el trueno, ruidoso, estruendoso, como si se quebrara el edificio. Las mujeres gritan como si fueran en avión y éste se topara con un gran pozo de aire. No todas, pero un par sí. La risa posterior es generalizada. Algunos de los hombres marcan un "no lo puedo creer" con movimientos de sus cabezas. Vos tampoco lo crees, pero también te asustó el trueno. No gritaste pero sí te dio un sobresalto. Te sacó de eje, dejaste lo que estabas haciendo y te pusiste a ver por la ventana. Te preguntás porqué las gotas de lluvia no caen dos veces en el mismo lugar del vidrio. O pensás que tal vez eso sí pase, pero que no lo podemos percibir. Como fuere, ves que no está todo el vidrio con gotas y eso que ya va lloviendo toda la maldita semana. ¿Maldita? ¿Por qué maldita?
¿Reportes para todo el mundo con todos los formatos abierto por todas la variables comparado contra lo presupuestado contra lo estimado contra la estimación de la próxima estimación? Eso lo venís haciendo todas las semanas de todos los meses de todos estos años.
¿Han puesto de supervisor a quien vos crees que no puede ni atarse los cordones solito? Si ya no te sorprende, lo mismo ha venido pasando desde la época en que se nombró el primer supervisor en la primer sucursal de tu multinacional.
¿Un chiste chabacano puso de mal humor a tu compañera que usa la minifalda a la altura del ombligo que menos mal que eso le tapa el ombligo, porque la blusita es tan corta y tan escotada que la debió haber pagado a mitad de precio porque la pudieron fabricar con un retazo de tela? No te hagás problema, si sabés que atraen, bromean, y se dejan llevar hasta que sin ellas mismas saber porqué, se chiflan, se embroncan, se onfenden. Por favor.
Las preguntas siguen, como que la lluvia te invita a pensar. Ves el río con sol y con tu velero navegando un día como hoy, pero con sol claro, mientras algún reporte directo tuyo esté sentando en esa misma silla giratoria que ya no gira. No todas las empresas invierten la suma que se deprecia de los Bienes de Uso (para el resto de latinoamérica y otros: leáse Activos Fijos). Y te sentís realizado, vencedor, un velero en una tarde de sol.
Suena el zumbido que anuncia la llegada de un nuevo correo electrónico. Es de tu jefe, que está con su blackberry pidiéndote un nuevo reporte urgente para el lunes, cuando él llegue de Miami, a donde fue probar su nuevo velero.
Entonces la semana fue igual de maldita que siempre, y maldito fin de semana pasarás viendo el río en tus descansos mientras hacés ese reporte. El pronóstico da lluvias para sábado y domingo. Al menos si llueve, no habrá veleros.
¿Reportes para todo el mundo con todos los formatos abierto por todas la variables comparado contra lo presupuestado contra lo estimado contra la estimación de la próxima estimación? Eso lo venís haciendo todas las semanas de todos los meses de todos estos años.
¿Han puesto de supervisor a quien vos crees que no puede ni atarse los cordones solito? Si ya no te sorprende, lo mismo ha venido pasando desde la época en que se nombró el primer supervisor en la primer sucursal de tu multinacional.
¿Un chiste chabacano puso de mal humor a tu compañera que usa la minifalda a la altura del ombligo que menos mal que eso le tapa el ombligo, porque la blusita es tan corta y tan escotada que la debió haber pagado a mitad de precio porque la pudieron fabricar con un retazo de tela? No te hagás problema, si sabés que atraen, bromean, y se dejan llevar hasta que sin ellas mismas saber porqué, se chiflan, se embroncan, se onfenden. Por favor.
Las preguntas siguen, como que la lluvia te invita a pensar. Ves el río con sol y con tu velero navegando un día como hoy, pero con sol claro, mientras algún reporte directo tuyo esté sentando en esa misma silla giratoria que ya no gira. No todas las empresas invierten la suma que se deprecia de los Bienes de Uso (para el resto de latinoamérica y otros: leáse Activos Fijos). Y te sentís realizado, vencedor, un velero en una tarde de sol.
Suena el zumbido que anuncia la llegada de un nuevo correo electrónico. Es de tu jefe, que está con su blackberry pidiéndote un nuevo reporte urgente para el lunes, cuando él llegue de Miami, a donde fue probar su nuevo velero.
Entonces la semana fue igual de maldita que siempre, y maldito fin de semana pasarás viendo el río en tus descansos mientras hacés ese reporte. El pronóstico da lluvias para sábado y domingo. Al menos si llueve, no habrá veleros.
Etiquetas: reflexión laboral