martes, noviembre 28, 2006
Bien gráfico, ¿no?
domingo, noviembre 26, 2006
Las actitudes para ser gerente
De acuerdo con esto usted es buena, comprensiva y se lleva bien con sus compañeros de trabajo. Eso elimina sus posibilidades de llegar a Gerente.
Para acceder a puestos gerenciales existe consenso entre los especialistas en Recursos Humanos con la premisa que afirma que se debe contar con un currículum cuyo eje se sostenga por los conocimientos técnicos y la trayectoria laboral.
Se considera la educación formal como medio para garantizar los conocimientos técnicos que el puesto de alta dirección requiere. En términos generales, al título de grado expedido por una universidad de prestigio se le debe sumar un curso de posgrado, una especialización o un master. En todos los casos, si los estudios se realizaron en el extranjero, se podrá suponer un plus por la experiencia de diversidad cultural. Sin duda, el conocimiento del inglés en la actualidad es imprescindible e innegociable a la hora de acceder a un puesto gerencial.
Respecto de la trayectoria, se elige a aquellas personas que acreditan una trayectoria laboral ascendente y rica en logros en organizaciones multinacionales que despiertan admiración.
Hasta aquí repasamos brevemente un listado de competencias laborales técnicas generales e indispensables que son aceptadas por la mayoría de los consultores, pero, ¿qué sucede respecto de las competencias actitudinales que los puestos de alta dirección requieren?
Silvia Rodil, titular de la consultora Ghidini Rodil, afirma: "Las características que más buscan las organizaciones en las personas que ocuparán puestos gerenciales son el liderazgo, el autocontrol, la iniciativa, la confianza, el empowerment y la orientación a resultados".
Para Rodil, una actitud valiosa que no debe faltar en los directivos es el pensamiento conceptual. "Este tipo de competencia actitudinal está emparentada con la creatividad, ya que permite identificar puntos clave en situaciones complejas y construir modelos a partir de dichas situaciones que aparentemente no estaban relacionadas."
Por su parte, Verónica Ferreira, directora de Interlatina, sostiene que las competencias más valoradas por las empresas son la flexibilidad y la seguridad. "Además, se espera que los directivos comprendan y anticipen cómo se modificarán las variables de la organización que intervienen en los cambios que están concretando", explica Ferreira.
Al respecto, la titular de la consultora SCI Selection, Susana Larese, dice: "Se priorizará a aquellos postulantes que demuestren espíritu entrepreneur, habilidad para las relaciones interpersonales y el trabajo en equipo, proactividad y sensibilidad tanto interpersonal como organizacional. Hoy es muy importante que un ejecutivo tenga inteligencia emocional, que le permita establecer relaciones empáticas con quienes lo rodean y de los que depende el logro de sus resultados: jefes, colaboradores, clientes, proveedores, etc. Si es fuerte en lo técnico, pero no sabe influir, comunicar, inspirar o generar equipos es probable que se encuentre rápidamente con un límite en su carrera gerencial".
Cristian Kuklis
Diario La Nación 26-Nov-2006
miércoles, noviembre 22, 2006
No estamos solos
En los ambientes laborales, como en todo otro ambiente de nuestra sociedad globalizada, descontextualizada, despersonalizada, existen seres que deben adaptarse a tener una autoreferencia, una guía, la posibilidad de crecer, mejorar, de vivir, todo en versión virtual. Con el advenimiento de las posiciones regionales de empresas multinacionales se han visto beneficiado las corporaciones con visiones multiculturales y con un decremento en sus masas salariales. En cuanto las empresas, varias ya lo tienen, opten por instalar cámaras web en cada coputador volverá a ser necesario peinarse y usar corbata para tener una reunión con el jefe, y con el jefe del jefe y para entrenamientos multitudinarios vía internet. Mientras tanto, aún podemos poner el rostro en clara posición de desaprobación mientras decimes que estamos de acuerdo en todos los conceptos que se vierten en este tipo de reuniones.
El problema, o mejor escrito, la situación a colación para este comentario se corporiza en aquellos que dejan de pertencer a un grupo real y pasan a ser una pieza de un grupo virtual. La mundialización de las oficinas elimina fronteras y da la sensación de tener a Brasil y México tan cerca como para pedirles que nos alcanen una taza de café. Quizás esto sea una ventaja. Pero a su vez, quienes dejan el grupo real pierden aquella referencia con sus pares, dejan de ser uno entre tantos, para ser el distinto, el diferente, el lejano. Todas las especies han peleado por sobrevirir, por eso comienza la carrera por la adaptción de dejar ser uno real y tomar la forma holográmica de ser alguien virtual.
Es cierto que luego están los viajes de trabajo, porque para más de un tema (quizás para muchos todavía) es aún necesario el cara a cara. El verse, el tratarse en vivo, el convivir laboral, probablemente sea parte de la transición, como para seguir teniendo dosis de autoreferencia, de mejora, de vida. No es bueno que el hombre esté solo, sólo tendrá que sobreponerse a la transición de compañía real a virtual.
martes, noviembre 14, 2006
Working all night
-Me quedé toda la noche trabajando en el programa de Mindy porque me amenazó.
-¿En serio? ¿Que te amenacen hace que trabajes toda la noche?
-Um, no...
-Trabaja en esto toda la noche o te golpeo.
Aquellos que trabajan, o que trabajaron en finanzas, pero los que realmente trabajan, seguro que lo hacen o lo han hecho. Hay miles de guardias de seguridad, farmacéuticos, taxistas, policías, médicos, prostitutas, y de más que trabajan de noche. Aglunos encontrarán sus ventajas, como tiempo tranquilos para poder leer, calles libres de otros autos y por ende más seguros (bueno, quizás compensando la inseguridad propia de la noche), de tanto en tanto orgías festivas en que se dsifruta a lo grande. Tendrán sus desventajas, o sus imposibilidades para cambiar de horario o de trabajo. Pero aquellos que tenemos un trabajo en el área Financiera, que suspuestamente debiera aproximarse al horario americano de naintufáiv, de nueve a cinco, sufrimos las más variadas consecuencias y terminamos trabajando hasta ciertas horas en que otros comienzan una nueva jornada y la nuestra no sabemos ni cuándo comenzó, menos, cuándo terminará.
Alguna explicación es que hay, pero no debe ser simple ni fácil hallarla. De otro modo, nunca nos quedaríamos luego de hora, y menos hasta que la hora comienza nuevamente.
¿Es que somos inoperantes y necesitamos más tiempo para hacer nuestro trabajo?
¿Es que las gerencias de finanzas están todas mal organizadas que nos toca trabajar hasta cualquier hora y hasta la hora que cualquier otro vuelve por otro día de trabajo?
¿Es que las tareas de cierre de quincena, de mes, de trimestre, de año, de lo que sea, están tan mal designadas como para que tres días laborales se transformen en las mismas setenta y dos horas?
¿Es que no entendemos cuando nos explican una tarea y obvio, lo que se programa para 8 horas hábliles se lleva un día por reloj?
¿Es que no podemos cambiarlo?
¿Por qué trabajamos tantas horas?
¿Para lograr un aumento? Sí, de tareas.
¿Para lograr el reconcomiento de los otros sectores? Sí, nos reconocen que nos quedamos para hacer cagadas.
¿Para ser responsables? Sí, estúpidos.
¿Para hacer mejor las cosas? Sí, siempre será culpa de finanzas cualquier desviación del presupuesto.
¿Para que nos no echen? Sí, lo harán de cualquier modo. Eventualmente, lo harán.
¿Para no ver a nuestra familia? Sí, a mi esposa la veo por la camarita web de la PC.
¿Para no asistir a reuniones familiares? Sí, yo llego con un mensaje texto directo a la cintura del homenajeado donde lleva su cecular.
¿Para no festejar el cumpleaños de nuestros amigos? Sí, el otro día llegué para ayudarlo a juntar todo.
¿Para qué? ¿Por qué? Bueno, al menos me lo pregunto. ¡Qué pena no poder responderlo!
domingo, noviembre 12, 2006
Cada uno
Antes de que llenes de energía a mi equipo, te los voy a presentar a todos.
Este es Wally. No mostrará reacción porque cree que la apatía matará tu idea antes de que ésta genere trabajo.
Esta es Alice. Se irá en medio de tu presentación a tomar alguna llamada.
Este es Asok. Él está entusiasmado porque no entiende de qué se trata el mundo laboral.
Este es Dilbert. Él te dirá porqué tu idea es imposible.
Esta es Carol. Se pasará toda la reunión pensando si tu cabello es real.
Y este es Ted. Ya dio su preaviso la semana pasada.
Y a mí me gusta mantener los ojos cerrados todo el tiempo por mis alergias. Empieza.
El mundo está lleno de estos y otros personajes. Creo que yo soy Dilbert. ¿Vos como quién sos?
lunes, noviembre 06, 2006
¿Güercajólic?
Otras veces soy preso del mismo sistema de prisión y castigo a la que quedamos sometidos todos (o casi todos) por la forma en que se distribuyen las tareas y a merced de una pésima asignación de recursos, para terminar tareas, reportes, balances en tiempos tan escasos como el agua cuando hay sequía.
En varias oportunidades soy esclavo de mi propia autodeterminación, que cuando comienzo algo debo terminarlo como si no hubiera mañana, como si no fuera lo mismo un lunes por la madrugada que un martes por la mañana, como si las diferencias horarias desaparecieran evaporadas en el aire para que mi trabajo sea vea al momento, al instante de ser finiquitado.
Rara vez mi jornada laboral dura ocho horas. Es verdad que (afortunadamente) algo produce que el ritmo se afloje, quizás sea la sabiduría del cuerpo para mantener la especie, para que esté listo para otra cuestión, para otra prisión, para otra noche sin mañana. Sin embargo, hay días que terminan en otros o fines de semana que se esconden entre el viernes y el lunes, y no se muestran para el merecido descanso.
Inclusive mi oficina se traslada a otras latitudes, a lugares diferentes de otras culturas dignas de conocer, de paraísos por disfrutar, de momentos por vivir. En esas latitudes hay un primo de mi cubículo, que me cobija y me da identidad, donde me transformo en otro yo, dispuesto a resolver un problema, a ser víctima de otro carcelero, a entregar mi libertad en mi tozudez, a prolongar el día laboral casi al infinito.
¿Güercajólic? La forma de la reflexión huele a excusa, o a explicación, o, tal vez, a confesión.
domingo, noviembre 05, 2006
Odio mi trabajo
Quizás estas cuestiones no deban ser tan apocalípticamente aceptadas, y tengamos nosotros la oportunidad de hacer del trabajo, un mejor lugar para ganar nuestro sustento. De momento, en tu trabajo podés leer esta pequeña reflexión. Inclusive, hasta el chiste te robe una sonrisa. Al menos hoy, tendrías una razón menos para “odiar”.