miércoles, septiembre 27, 2006
Oportunidad
Oportunidad. ¡Qué palabrita! Apenas escuchada o leía a mí me da la sensación de futuro, de que a alguien lo han considerado, que han pensado en él, lleva a sentir orgullo, y que alguien siente confianza en otro. Sin dudas, la primera connotación es positiva. Pero (el mundo de los peros es mucho más amplio de lo que uno cree) si hay una primera connotación, resta ver la segunda. Y esa otra apreciación que subyace en la palabra oportunidad, generalmente, no esta sobre el tapete, sino que viene de forma intrínseca y quizás, nunca despierte y muestre en verdad qué es.
Pensá en las últimas dos o tres veces que escuchaste que a uno le daban una "oportunidad", o que alguien te dijo que para vos era una verdadera oportunidad o cuando vos le diste una verdadera oportunidad a otro. Ya ponerle el calificativo de verdadera denota que hay oportunidades que son salvavidas de plomo.
No sé, tengo la sensación que la pluma que dibuje este comentario debiera ser empujada por aquellos que estén en medio de una oportunidad, o sean los que hayan dado alguna. Sería muy enriquecedor, porque no me animo a aventurarme al mundo de las oportunidades. O tal vez, esta sea una oportunidad para que entendamos todos de que hablamos cuando hablamos de oportunidad.
Pensá en las últimas dos o tres veces que escuchaste que a uno le daban una "oportunidad", o que alguien te dijo que para vos era una verdadera oportunidad o cuando vos le diste una verdadera oportunidad a otro. Ya ponerle el calificativo de verdadera denota que hay oportunidades que son salvavidas de plomo.
No sé, tengo la sensación que la pluma que dibuje este comentario debiera ser empujada por aquellos que estén en medio de una oportunidad, o sean los que hayan dado alguna. Sería muy enriquecedor, porque no me animo a aventurarme al mundo de las oportunidades. O tal vez, esta sea una oportunidad para que entendamos todos de que hablamos cuando hablamos de oportunidad.