lunes, agosto 14, 2006
Ofifútbol

Pero, siempre hay un pero, todos los hombres caeremos en las discusiones futbolísticas. Es el rigor de cada lunes, de penales mal cobrados, de goles en posiciones adelantadas, de merecimientos sin mejor suerte, de divinas fortunas encontradas sobre el epílogo de algún partido. Entonces, por unos minutos, la oficina se llenará de cancha, de potrero, de bandera y vincha, de cánticos, de goles gritados y posibilidades ahogadas, de atajadas, de gastadas al rival de turno y al rival de siempre, de pasión. Por unos instantes habrá alegría o tristeza según el equipo de tus amores.
Sin embargo, la rutina se impondrá, porque por algo es rutina.