domingo, agosto 27, 2006

Empresas libres de humo, y de estrés

Era cierto: el estrés del trabajo aumenta la presión arterial.
Titular de CNN.com, 5 de agosto de 2006.


Cualquiera diría que sólo las noticias se reciclan. Desaparecen y vuelven, con un movimiento pendular que los lectores compasivos disculpan en honor de otros aciertos más originales. Los estudios científicos parecen haberse contagiado y también reciclan sus análisis, esta vez redescubriendo que el estrés laboral es perjudicial para la salud.
En este caso, la redundancia es positiva, porque vuelve a ubicar una enfermedad social en el centro de las preocupaciones, curiosamente marginada si lo comparamos con otras campañas de prevención sobre los efectos nocivos a los que se halla expuesto el género humano en la actualidad.
La cuestión principal sería interpretar las organizaciones empresarias como centros de salud en vez de causantes de enfermedad, lo cual quedaría claramente alineado con la declaración de que el activo más importante es la gente. Aunque la tradición bíblica haya etiquetado al trabajo como un castigo, la tradición no debería extenderse hasta el punto que, además, termine enfermando a quienes cumplen ese destino.
El doctor Guimont, director del trabajo en la Universidad de Quebec, descubrió también que los que más se encuentran expuestos a la agresión del estrés son los que ocupan los puestos de mayor nivel dentro de la compañía. Algún apresurado dirá que por eso les pagan los sueldos más altos y gozan de beneficios extraordinarios.
Habría que revisar este concepto, ya que implica cambiar salud por dinero, un trueque tan inhumano como las compensaciones convencionales por trabajo insalubre. Es alentador saber, por otra parte, que las nuevas generaciones "tiendan a irse al mediodía que a ganar más", como dice Pablo Maison (suplemento Empleos, 20/8/06), porque implica una revalorización de la armonía entre la vida y el trabajo.
La clave está en que estos nuevos valores sean entendidos desde dentro de las organizaciones clásicas, lo que significa un esfuerzo de adaptación, flexibilidad e inteligencia muy grande. Mientras esperamos que estos nuevos jóvenes accedan a los niveles de conducción, no hay por qué aceptar que las generaciones intermedias se incineren bajo el estrés.
Habría que alentar iniciativas como las que realiza el Ministerio de Salud y Medio Ambiente, certificando empresas Libres de humo . Se puede soñar entonces que, en un futuro cercano, encontremos pegadas y pululando sobre carteleras, pasillos y oficinas unas leyendas actualizadas que adviertan: El fumar es perjudicial para la salud. Y el estrés también.

Jorge B. Mosqueira
jmosqueira@ar.inter.net
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/834770

Comments:
El stress es el motor mas eficiente para la efectividad en nuestras multitareas...
 
Cuando llega a ser estrés, ¿no se transforma en estorbo de la efectividad? Además, si genera estrés, no llega a ser efectividad y sería apenas (y a costa del estrés) eficacia.
 
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