Mi Cubículo

No todo es siempre del color que se ve. Una suerte de tendencia auto-destructiva nos pinta las cosas en tono de grises, como si se tratara de un Guernica. El llanto y el dolor al extremo, al relieve. No se sabe bien porqué, o al menos yo no lo sé. Le podría pedir algunos apuntes a mi hermana que estudia Psicología, pero no lo voy a hacer. ¿Para qué? No los voy a leer. Así las cosas, no todo es del color que se ve.

No solo lo digo para cuando vemos todos gris oscuro latoso triste deprimente. La cuestión también aplica para aquellos otros que usan anteojos multicolor y ven paletas de colores bailando en una cruda noche de invierno. Hay gente así. Les llaman optimistas, aunque creo que el nombre está mal puesto.

Como sea que esto fuera, las cosas están ahí.

A veces elegimos de qué color verlas. El verde esperanza prevalece para lo que siente buenaventura y los grises opacos para aquellos que están en las sombras. El rojo pasión es amigo de los enamorados y el arco iris acompaña a la comunidad homosexual. ¿Será porque se aceptan todos?

En otras oportunidades sentimos que alguien o algo ya pintó todo por nosotros, no hay opción, no hay chances, no hay color. Nunca es eterna la primavera, ni tampoco el invierno. Tampoco es cuestión de quitarse los anteojos oscuros, los anteojos que debemos quitarnos son los interiores, se llaman subjetividad. Quizás sin ellos podamos ser objetivos. Pero como en todo, lo bueno (y difícil) es el equilibrio, una paleta con todos los colores, un invierno con días soleados, ver las cosas del color que son, pero con nuestros ojos, claro.

-Ed, te dije que necesitaba el reporte para las dos.
-Oh, ¿era una hora límite en serio?
-Un simple "sí" bastaba

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Deadline: fecha tope o límite versan los traductores para la voz inglesa "deadline", de pronunciación fonética dedlain. Y en inglés significa algo así como la línea de la muerte. En palabras más o menos oficinísticas nos van calando la mente con esta onomatopeya ante la cual caemos presos de la desesperación de un reporte que tenemos que completar a una hora determinada. Y para que este esclavismo neoliberal, que el mercado pone al esclavo mejor pago a hacer lo que mejor sabe para el empleado que mejor combine las variables buena paga para cada dedlain, funcione, la idea que moriremos si no cumplimos es clave.

Para todos los que se sorprendieron o para los que me están tildando de exagerado, piensen en todos los reportes que no han entregado a tiempo o que a ustedes no se los enviado en el debido tiempo solicitado. Los sorprendidos se relajan y los que me tildan de exagerado refuerzan su mensaje.

La excusa perfecta es que el sistema es imperfecto, puesto que si cada fecha límite fuera un caso de límite entre la vida y la muerte, habría muchos menos esclavos dispersos para esclavizar de la forma moderna de contratación, y los salarios tenderían a subir. Por esos las fechas límites se corren, postponen y todas esas cuestiones que te permiten volver a respirar cada vez que no entregás algo a tiempo. Es por mero mantenimiento de los tratantes de esclavos.

Pero atento, hay fechas tope que casi operan como la voz inglesa, si cruzás la línea morís. Aprendé a reconcer las verdaderas fechas de cumplimiento. Así, popdrás atrasarte con las no tan verdaderas y gozarás de una esclavitud más relajada.